entendiendo el duelo perinatal

DUELO PERINATAL: ACOMPAÑAMIENTO Y RECURSOS

Parto de la base de que el duelo es duelo y su intensidad o duración van a depender de múltiples factores. Hoy hablaremos del duelo perinatal, ampliamente definido como un duelo invisibilizado y desautorizado. Encontramos que las diferentes organizaciones sanitarias no se ponen de acuerdo a la hora de definir las circunstancias específicas que definen la muerte perinatal, se ponen diferentes etapas con otros nombres como muerte neonatal o gestacional, se da un nombre u otro dependiendo de la semana de embarazo en que se produce o el tiempo de vida que tuvo el bebé al nacer. Yo quisiera aquí allanar el terreno. Este no es un blog de ciencia y medicina. A la postre, de lo que hablamos es de la pérdida de un bebé y con ella, el duelo por el hijo o hija, por un proyecto truncado, por unas ilusiones que se desvanecen y muchos aspectos relacionados con lo que “pudo ser y no fue”.

Duelo perinatal

Qué es el duelo perinatal

La etimología de la palabra “perinatal” viene del prefijo griego PERI (alrededor) y NATAL (del latín natalis = perteneciente al nacimiento). Desde ahí quiero que este artículo de luz al luto perinatal, que puede comenzar como un duelo anticipado en el momento en que se recibe una noticia poco favorable para con la vida o la salud del feto o bebé y/o cuando se conoce la realidad de la muerte intrauterina o el fallecimiento post natal y que se manifestará de diversas formas en los padres y resto de familia, incluyendo shock, incertidumbre, confusión, profundo dolor, ira, ansiedad, vacío, culpa y desestabilización física y emocional entre otros síntomas.

¿Cómo definimos el duelo perinatal? ¿tiene unas características que lo hagan diferente a otro tipo de duelo?

El duelo perinatal se refiere al proceso de duelo tras la pérdida de un bebé durante el embarazo, el parto o poco después del nacimiento. Pongamos un caso ficticio pero que atiende a una circunstancia que puede ser real: ”Llegas a una revisión habitual a la consulta de la matrona o especialista en obstetricia, quizás sentías ya que algo no iba bien, la conexión de la madre con el bebé es profunda, diría que álmica. La ecografía se alarga, empiezas a angustiarte, piensas que no puede haber problemas, te has cuidado y has seguido a rajatabla todas las indicaciones por el bienestar de tu bebé. Pero escucháis la temida frase, la que nunca pensasteis que oiríais, la de más impacto emocional para una madre y un padre: No hay latido del corazón de tu bebé”. Comienza un duelo con todas sus etapas. Un duelo diferente, con unas características que lo distinguen de otros. Primeramente, llega la culpa. Pero no hay nada que pudieras haber hecho o no para cambiar lo ocurrido. Además, se diferencia de otros duelos por pérdida en que el cuerpo de la madre ha ido cambiando durante el proceso de embarazo y el proceso hormonal sigue, eso no se resuelve de la noche a la mañana, aún tras sufrir un aborto espontáneo o un parto provocado por una pérdida intrauterina, se puede sentir como si el embarazo continuase, es algo que se asemeja al síndrome del miembro fantasma tras la amputación de una extremidad, porque la pérdida de un bebé, sea a las pocas semanas de embarazo, en una gestación avanzada o incluso si el bebé ha nacido sin vida, se siente así, como la pérdida de una parte del cuerpo de los padres.

El duelo perinatal va a generar siempre un gran impacto emocional tanto en los padres como en el resto de la unidad familiar, pero sin duda alguna, el proceso biológico se suma al duelo en el caso de la madre. Será ella la que quizás necesite más soporte emocional tras pérdida, especialmente si llega la subida de la leche, de ello se habla en el maravilloso libro “Las Voces Olvidadas” (2012, varias autoras, ed. Obstare), en el que se acuña la frase “Pechos llenos, Brazos vacíos “

Duelo perinatal

Etapas del duelo perinatal

Como en todo duelo, existen unas etapas. No son lineales ni absolutamente universales. Tampoco siempre llevan un orden establecido ni el haber transitado una y pasado a otra fase, quiere decir que no se vuelva a repetir. Repetir una fase no tiene por qué ser un retroceso, más bien es una necesidad de reafirmación. Si tú, que lees esta publicación, tienes que ser un apoyo a alguien que está en duelo por pérdida de su bebé o bien eres tú quien estás transitando el duelo por ello, esta pequeña guía de las fases en el duelo perinatal te puede ayudar a saber reconocer el mapa del manejo del estrés postraumático que acompaña en mayor o menor medida al duelo.

Etapa de Shock y negación, primer impacto.

Vienen frases del estilo, “esto no me puede estar pasando”, “se han equivocado”. Es una fase en la que la propia negación da un tiempo para integrar lo ocurrido, negar la pérdida amortigua y anestesia ante el gran dolor de la noticia. Es provisional y la mejor manera de acompañarlo es con presencia plena, creando un clima de confianza y acogimiento, sin apoyar la negación ni tratar de que la persona vea la realidad. En esta fase a veces hay grandes expresiones emocionales y otras hay bloqueo, sea como sea, no dejemos sola a la persona ante su forma de desahogo emocional o expresión de sentimientos tratando de quitar importancia a lo ocurrido o pretendiendo con frases hechas que su sufrimiento se corte de raíz, eso no va a ser posible.         

Fase de ira y resentimiento

Fruto de la angustia, la impotencia y la frustración. Empiezan a llegar preguntas de “por qué …” y a buscar culpables fuera. Es una etapa difícil de acompañar. Debemos estar con lo que hay y no tomarnos nada personalmente si esa ira es proyectada sobre nosotros. No es fácil encontrar el equilibrio entre permitir la expresión emocional de la rabia y el enfado y a la vez sostener para que no se sume o perpetúe el malestar del momento, esta puede que sea la etapa de mayor preocupación por la salud mental en el duelo. Quizás podemos pensar en la técnica de un funambulista, que se vence hacia un lado, pero antes de caer, busca su eje vertical.

Fase de auto reproche y culpa

cuando no encontramos culpables fuera, es casi inevitable pensar en que la culpa es nuestra. “si no hubiese trabajado tanto”, “igual he hecho un mal movimiento”, “no he sido lo suficientemente cuidadosa”. En esta fase la mejor herramienta es el pensamiento objetivo. Contra argumentar cada frase culpabilizante con una reflexión objetiva sobre la realidad, pero con mucho tacto, sensibilidad y empatía. Validando su sentir, a la vez que damos nuestra visión.

Fase de depresión y tristeza

Cuando se llega a esta fase, realmente es porque ya no nos ponemos excusas mentales. El dolor profundo llega con el momento de sentir la realidad de la pérdida perinatal y es un estado que prepara para la aceptación,  es una muestra de la resiliencia en el duelo, aunque parezca lo contrario. Permitir la expresión emocional en este estado de desmoralización es apoyar y dar soporte emocional tras pérdida. Es importante no caer en la tentación de tratar de animar a toda costa al o la doliente, es absurdo pretender que la persona no esté triste. En esta etapa se necesita mucho apoyo social, compañía de calidad, escucha y empatía. Suele hacer más un abrazo o un mirar a los ojos en silencio que muchas de las frases y palabras que se dicen, bienintencionadas pero vacías de sentido para la persona que se siente en luto perinatal.

Fase de aceptación y reconstrucción

El duelo nunca acaba del todo, pero si no se complica, sí que se llega a un momento de transformación. Se puede empezar a mirar el día a día con más confianza y tranquilidad, no es tan acuciante la necesidad de hablar de los momentos dolorosos vividos, algo dentro ya ve que la vida continúa y se puede mirar al futuro con esperanza. El autocuidado en el duelo es muy importante, y es aquí donde la persona siente que se puede encargar de ella misma. Con frecuencia, durante las etapas anteriores se da un deterioro físico que sólo ahora puede empezar a revertir.

Estrategias para afrontar el duelo perinatal.

No existe una estrategia universal para superar un duelo por la pérdida de un bebé. Hay que transitar cada fase, especialmente en el momento agudo, pero creo firmemente que, si entendemos la muerte, entenderemos la vida con todo lo que nos traiga. A pesar de las fases descritas, mirando globalmente el estado de duelo, podemos ver dos tiempos bien definidos, el estadio del duelo agudo y el otro en que podemos encargarnos de nosotros mismos. Es ahí donde entender la muerte y su acompañamiento desde una visión humanista y espiritual nos puede ayudar a cambiar el “por qué me ha pasado esto” por el “para qué me ha pasado esto”, y ese para qué tiene una respuesta diferente en cada ser humano doliente sea por la razón que sea. Creo que te puede ayudar conocer mis cursos de acompañamiento en el proceso de morir

Acompañamiento en el duelo perinatal.

No quiero obviar que, a pesar de la importancia del apoyo social al estado emocional de una madre o padre que transita un duelo perinatal y de la capacidad intrínseca del ser humano de sobreponerse a situaciones tan duras como las que aquí se describen, a veces el duelo se complica y no se le encuentra la salida. Es en ese momento donde se ha de buscar apoyo profesional que nos ayude con técnicas de afrontamiento del duelo y dé soporte profesional al duelo perinatal con métodos y estrategias para acompañar la pérdida. Estos profesionales nos pueden guiar con herramientas como los grupos de apoyo, la psicoterapia o el counseling en duelo.

La importancia del autocuidado durante el duelo es básica y a veces también requiere de ayudas. Es fácil pensar en el cuerpo cuando nos proponemos cuidarnos, pero no hay un cuerpo sano sin una mente y un espíritu en paz. Quisiera poner el foco aquí en la gran ayuda que aporta el mindfulness y la respiración consciente. Puedes encontrar ejercicios guiados en estas técnicas en el curso acompañar el proceso de morir desde la humanidad que puedes encontrar en mi web

Conclusión

Todos los bebés, nazcan con vida o no, aún incluso cuando la semántica no acepte el término bebé porque apenas estuvo unas semanas en el vientre de la madre, son seres que fueron concebidos y gestados. Eso nos convierte en madres y padres de pleno derecho. Entonces no se puede obviar ni desautorizar la necesidad de visibilizar el duelo perinatal y la importancia del apoyo social y emocional en tan duros momentos. Legitimemos el duelo perinatal tal y como hacemos con un duelo por otra pérdida socialmente visibilizada.

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